NUTRIDA PARTICIPACIÓN POÉTICA EN LA 1712ª EDICIÓN DE LA TERTULIA POÉTICA HISPANOAMERICANA RAFAEL MONTESINOS

Crónica de Diego Vadillo López

El pasado martes día 17 de noviembre se celebró la sesión 1712ª de la Tertulia Poética Hispanoamericana Rafael Montesinos, en la que, bajo la coordinación de Rafael César Montesinos, leyeron sus respectivas piezas una veintena larga de vates (veintitrés para ser más exactos, contando con el propio Rafael César Montesinos, que leyó un poema de su padre que comenzaba de la siguiente manera: “Como si todo el monte fuese alejandrinos…”).

Pero en primer lugar fue la directora de la Tertulia, Marisa Calvo, la que dio la bienvenida al acto a todos los asistentes y asiduos para continuar recordando que la jornada estaba dedicada a la Poesía y la Pintura, tema que, según apuntó, la conmovía sobremanera.

A continuación tomó la palabra Rafael César Montesinos, quien llamó preventivamente al orden a todos los participantes para que no leyeran más de un poema y para que dicha lectura no rebasase los dos minutos per cápita; sabedor de que los poetas tienden a incurrir en una gran morosidad autorreferencial y auto-glosadora, se erigió en una especie de Cristobal Montoro dispuesto a sancionar a los potenciales “morosos”, muy otros, estos, que aquellos cuya morosidad queda circunscrita al ámbito de la fiscalidad. Así dijo, más o menos, Montesinos Jr.: “Eviten la poética previa a la lectura del poema y sobrepónganse a sus incontenibles lirismos interiores…”. Y es que era nutridísimo el plantel.

Así las cosas, dio comienzo el acto; principió el mismo en lo que a recitación se refiere Rafael Soler con el poema “Escorzo de anciana a la intemperie”, le siguió Federico Leal con “Impresión ante un cuadro de Tapies”, y, así, fueron recitando los siguientes versificadores:

-José Luis Morales, con “Retrato inacabado de un jurado” (de Antonio López);

-Alma Pagés, con “El Cristo de Velázquez”;

-Francisco Caro (Maxi Rey), con “Hopper en el Thyssen. Dos cómicos”;

-Pedro Antonio González, con “Desde el Egeo hasta el Tajo” (dedicado al Greco);

-Dusica Nikolic Dann, con “Pintar el color sagrado”;

-Pepe Rubio, con “[verde que te quiero rojo…]”;

-José Cereijo, con “Paisaje”;

-Juana Vázquez, con “La Gioconda”;

-Aureliano Cañadas, con “Monasterio de los Jerónimos. Lisboa”;

-Luis Fores, con “[No era suficiente su hechizo…]”;

-Iván Gonzalez, con “Testigo mudo” (sobre “Muchacha en la ventana”, de Dalí);

-Marcos Parajuá, con un poema basado en su propia experiencia pictórica;

-Manuel Quiroga Clérigo, con “Ante la transfiguración de Rafael Sanzio”;

-José María Prieto, con un poema dedicado al Cristo de Velázquez;

-Rafael Morales, con “Elegía marinera” (de Orozco);

-Miguel Losada, con “[La luz de Delft es densa como el aire…]”;

-Aaron García, con “Gutierre Cetina”;

-Jesús Urceloy, con “Amar el lienzo. Siete razones ya usadas para atraer la inspiración”;

-Maria Eugenia Motilla, alumna de Urcelay, leyó también su poema antes que este;

-Jaime Alejandre, con “Bailarina saludando” (de Degas) y

-Julio Santiago, con “Azul y azul”.

Finalizada la lectura, Marisa Calvo cerró el acto aludiendo al record de participación que se había producido en aquella edición y emplazó al respetable a asistir a la próxima.

Pd.: Todos los poetas respetaron el límite temporal de dos minutos impuesto por la organización.