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-FRANCISCO LARA SÁNCHEZ: “Las lágrimas del payaso” (Poema)

miércoles, 1 de marzo de 2017


LAS LÁGRIMAS DEL PAYASO (POEMA)

Francisco Lara Sánchez
Actor y poeta

LAS LÁGRIMAS DEL PAYASO

Cuando sinceridad y verdad
son sinónimos de falso
en la pista de la vida
sonríe amargamente un payaso.

El recuerda con nostalgia
sus años pasados en el Circo Chino;
ya no funcionan los trucos de magia;
lamentos se oyen en su camerino.

Pero fuera de este
se oculta tras su nariz,
sin aferrarse al pasado,
que le dejó cicatriz,
solo, abandonado…

En la bóveda del circo
todas las noches brilla una estrella,
la que fuera compañera de fatigas,
la mujer que en su alma hizo una mella.

La Reina del Trapecio
hace un mortal en su corazón.
El amor no tiene precio,
pero si la sinrazón.

¿Qué ocurre, apenas habla contigo?
Extraña emoción,
al principio como amigos;
ahora perdido bufón.

Ella le pide más tiempo,
él que duerma en su caravana;
ella no tiene claro no sé el qué…
Ya se lo dirá mañana…

El payaso desde entonces
está como una cabra,
habla con su perro Tobby,
no consigue sacarle una palabra.

Tras ese rostro pintado se dejan ver
las lágrimas del payaso
que son amargas de hiel;
deberías saber que pueden ser contagiosas.

Son lágrimas de payaso,
pequeños diamantes color rosa
que adornan su ropa andrajosa.

Pasaron muchos días felices
y noches soñando juntos.
Ahora ella duda y no sabe,
yo me pregunto:
¿La función está a punto de terminar?
Creo que no habrá segundo pase.

Y mientras aprieta sus puños
de rabia por el fracaso
ustedes podrán contemplar
las lágrimas del payaso,
que aparentemente ríe,
salta para impresionar,
mas ya no le quedan fuerzas,
se está cansando de andar,
solo en la noche a su violín
se le escucha murmurar:
¿Alguien quiere llorar?

Siempre espera al final de la sesión
a la Reina del Trapecio
y al dedicarle una canción
sus chispeantes ojos se alegran,
al igual que con las risas,
pero ella se marcha huyendo
porque tiene mucha prisa.

Le regaló una paloma, su alegría, su corazón…
¿No son suficiente razones para que entrara en razón?

Él la sigue esperando,
mira su reloj de arena,
sus ojos se están empañando
muertos de risa y de pena.
Y ve a Tobby que le mira, él lo va a acariciar,
le cuenta que no le hace caso…
Entre meses, días, horas, observad
las lágrimas del payaso.

Pero ya no aguanta más;
el reloj ya se paró,
cogió la maleta, lo demás,
a Tobby, su violín, su foto en aguaplast,
el cartel en que compartía noche con la Reina del Trapecio…
Cogió todos sus trastos; marchose en silencio.

Se fue sin decir adiós.
Vaga las noches enteras
tocando con su violín;
buscando un circo donde le quieran.

Mas cuando mira el cartel, la foto,
el recuerdo, el pasado roto,
su bolsillo con dinero escaso,
el amor desafortunado,
las veces que llena su vaso,
la bóveda de la pista,
su reloj con mucho atraso,
su genialidad de artista
no puede dar un mal paso;
de sus ojos alegres
le vuelven a brotar
las lágrimas de payaso
que ríe por no llorar.


(24-04-2003)
 
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