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NÚMEROS ESPECIALES DE "AZAY ART MAGAZINE" (Depósito Legal: M- 6673-2017)

lunes, 5 de junio de 2017

NÚMEROS ESPECIALES DE "AZAY ART MAGAZINE"
(Depósito Legal: M- 6673 - 2017)

'AZAY ART MAGAZINE' (Nº ESPECIAL 1)

'AZAY ART MAGAZINE' (Nº ESPECIAL 2)

'AZAY ART MAGAZINE' (Nº ESPECIAL 3)

'AZAY ART MAGAZINE' (Nº ESPECIAL 4)

'AZAY ART MAGAZINE' (Nº ESPECIAL 5)

'AZAY ART MAGAZINE' (Nº ESPECIAL 6)

'AZAY ART MAGAZINE' (Nº ESPECIAL 7)

'AZAY ART MAGAZINE' (Nº ESPECIAL 8)

Nº ESPECIAL 8 DE "AZAY ART MAGAZINE" (JUNIO DE 2017)

sábado, 27 de mayo de 2017

PUBLICAMOS EL NÚMERO ESPECIAL 8, CORRESPONDIENTE A JUNIO DE 2017, DE LA REVISTA "AZAY ART MAGAZINE". EN ESTA OCASIÓN EL NÚMERO LO OCUPA EL MONOGRÁFICO ESCRITO POR EL PROFESOR JORGE ORTEGA BLÁZQUEZ SOBRE LA POESÍA DE LOS TROVADORES.


Azay Art Magazine, Nº 8 (Junio-2017)  ISSN 2254-061X DL M- 6673-2017

JORGE ORTEGA BLÁZQUEZ

PRIMERAS PÁGINAS DEL ENSAYO:


LA POESÍA DE LOS TROVADORES: EL CONFLICTO ENTRE LA CARNE Y EL ESPÍRITU (IDEAL Y REALIDAD)



Desde finales del siglo XI y en una zona determinada del sur de la actual Francia que se caracterizaba, frente al territorio situado al norte del Loira, por sus peculiares estructura social, sistema de creencias y lengua (la lengua de oc, hablada en el sur, frente a la norteña lengua de oil), se desarrolla un quehacer poético que va a ser la base de toda la poesía  vernácula de Occidente y que va a tener su periodo de máximo esplendor durante los siglos XII y XIII, aunque —ya en decadencia—puede rastrearse hasta el siglo XV: la poesía de los trovadores.

         Esta forma de poetizar, elaborada, artificiosa en ocasiones hasta la extenuación (pensemos en la complicada sextina de Arnaut Daniel, por poner un ejemplo), descansa, en la temática que estas líneas van a tomar por objeto, en un código amoroso que hoy conocemos por el nombre de fin´ amor o amor cortés. Se trata de una concepción refinada y caballeresca del amor que va a traspasar las fronteras del Languedoc,  tanto geográficas como temporales, y va a dejar su impronta en zonas tan variopintas como el norte franco, con el roman courtois y la poesía de los troveros;  la Sicilia de Federico II, con la obra de sus poetas cortesanos (como Giacomo da Lentini, que pasa por ser el creador del soneto);  el norte de Italia, con el dolce stil nuovo, la obra de Dante, de Petrarca y sus continuadores;  la Germania de los minnesinger o el viejo suelo de Hispania, donde imprimirá su no disimulable huella desde la poesía de los cancioneros gallego-portugueses, castellanos y aragoneses hasta la obra de nuestros poetas renacentistas y barrocos, pasando por los versos, ya escritos en valenciano, de un Jordi de Sant Jordi o un Ausias March (que tanto influyó en nuestro Garcilaso), por no hablar de todo el torrente de novelas de caballerías que, con el Amadís de Gaula de Garcí Rodríguez de Montalvo como paradigma, va a regar los fértiles campos de nuestra literatura del quinientos.

         Me propongo en estas notas analizar algunos fragmentos de poemas de trovadores occitanos (utilizó un criterio lingüístico para adjetivar aquí) de los siglos XII y XIII, fragmentos con los que pretendo demostrar (acaso a mí mismo) que esa imagen que tradicionalmente tenemos de la cortesía —a la que vemos, en la estela de un platonismo acaso demasiado ingenuo, como un amor idealizado que no pasa por el filtro de la carne, sino que se conforma y se complace con un sufrir los desdenes de una dama casi divinizada que martiriza  con su esquivez y su menosprecio a su adorador constantemente rechazado, el trovador, noble o villano—, que esa idea del amor cortés no está reñida con la pasión, con el deseo, con una verificación física de ese amor que no por eso pierde significado ni, a mi modo de ver, alcance simbólico: el amor como fuerza redentora, el amor como guía, encarnado en la figura de la amada, hacía una trascendencia ultraterrena, sí, pero también hacia un paraíso que podemos encontrar aquí en la tierra, aunque no seamos conscientes, como Proust, de que lo hemos habitado hasta que lo hemos perdido.[1]

         Citaré a los trovadores seleccionados en su lengua occitana y daré, acompañando a cada fragmento, la traducción española que proponen Isabel y Martín de Riquer en su erudito trabajo La poesía de los trovadores, antología que ambos editaron para Espasa Calpe en 2002, de donde reproduzco también las versiones originales. A cada cita  seguirá una exégesis personal del autor de estos apuntes, glosas que no pretenden ser, en ningún caso, ningún estudio exhaustivo y sesudo, sino que proceden de una serie de impresiones avaladas solamente por ciertas e inevitables reflexiones, algunas lecturas, vivencias (menos de las que uno quisiera) y, sobre todo, intuiciones del que estas líneas escribe. Que Amor, che move il sole e l’altre stelle, como bien sentenciado dejó el Dante, mueva también mi pluma.


[1] «[...] pues los verdaderos paraísos son los paraísos que hemos perdido». Marcel Proust, El tiempo recobrado, Madrid, Alianza Editorial. Página 216.

CRÍTICA TEATRAL. LA TERNURA. 'CON EL VIENTO EN LAS VELAS'

miércoles, 3 de mayo de 2017













RAÚL GALACHE GARCÍA
Escritor, profesor y crítico literario
La Ternura
Texto y dirección: Alfredo Sanzol.
Teatro de La Abadía.
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                "Desde primavera de 2016 empezamos a trabajar sobre la comedia en general y sobre Shakespeare en particular", dice Alfredo Sanzol. El resultado es "esta comedia romántica de aventuras en la que intento contar que nos podemos proteger del dolor que produce el amor". Cualquiera que conozca la obra del autor inglés identificará en La Ternura los elementos shakesperianos de los que Sanzol se vale: la estructura de la acción, los resortes de la trama, las comparaciones extensas y audaces, las antítesis, las metáforas, las enumeraciones, la prosa y el verso... En fin, en esta propuesta se respira el aliento del Bardo desde el principio hasta el final. Por eso, decía, es sencillo reconocer a Shakespeare en La Ternura, porque está hecho con tal propósito y porque está bien hecho. Cuestión más difícil es explicar lo que ocurre sobre el escenario de la sala José Luis Alonso del Teatro de la Abadía durante las dos horas de función. Sin dejar nunca la sombra del autor inglés, Sanzol se eleva sobre ella, hasta el punto de que, pasado un tiempo, uno ya ha olvidado si el texto es del siglo XVII o del XXI, si es un traducción o no, si estamos ante un homenaje o una deuda; en fin, nada de eso importa. La obra fluye por sí sola y envuelve, como el manto de la noche que suspende la luz de la razón, al espectador en su trama agitada, en sus juegos y equívocos, en el encanto de sus personajes y en la caricia de sus palabras.
                El argumento no puede ser más shakesperiano. Siendo Rey de España Felipe II, una madre y sus dos hijas viajan con la Armada Invencible camino de Inglaterra, donde las dos hijas han de casarse con nobles ingleses a los que no conocen. La madre, conocedora de poderes mágicos, convoca una tempestad a la que sobreviven solo ellas tres, pues es el deseo de la progenitora escapar de todos los hombres del mundo a una isla desierta que hay por allí. Pero mire usted por dónde que en la tal isla habitan tres hombres: un padre y dos hijos, que, por deseo del padre y del hijo mayor, llevan veinte años allí recluidos, huyendo de las mujeres. A partir de aquí, el embrollo está servido: cambios de identidad, equívocos, dobles sentidos, elementos mágicos, amores, desamores, etc. La tempestad, Noche de reyes, El Sueño de una noche de verano, Como gustéis, Trabajos de amor perdidos... todas ellas están ahí (sus títulos, de hecho, en las voces de los personajes), pero no como piezas encajadas a martillazos ni como las piedras de un templo antiguo mal reconstruido, sino como el viento que empuja las velas de una nave nueva y audaz, ágil y  desenvuelta; una idealización de la comedia isabelina para espectadores de hoy, que sentirán el mismo hechizo que los del pasado en el teatro El Globo. La Ternura viene a mostrar que el amor, con su luz avasalladora, rompe los prejuicios que nos han echado incluso antes de nacer.
                Tan acertado es el texto como la puesta en escena. La iluminación, discreta y poética, sustenta la acción y seduce al espectador; la escenografía le sirve de lienzo: tres altos arcos acabados en bóvedas semicirculares y un suelo que adquieren los tonos azules de la ensoñación; el vestuario es eficaz, más atractivo en el caso de ellos (por su indefinición temporal) que en el de ellas (¡que visten como en el siglo XVII!; ¡oh, milagro!).
                Pero en el teatro ocurre que todo puede disponerse de la mejor manera y, aun haciéndolo, si los actores fallan, la obra es una ruina. No es, obviamente, el caso. Habría que emplear muchas palabras para dar cuenta cabal del buen hacer de cada uno de ellos. Muestran todos un trabajo cuidadoso, bien resuelto en cada palabra o gesto, limpio y entregado. Los personajes atraviesan un recorrido de emociones que va de la reflexión al paroxismo y los actores dan cuenta de todas con el mismo acierto. No sería justo destacar el trabajo de alguno sobre los demás, porque lo que funciona en La Ternura es el conjunto, el equipo; seis grandes artesanos que unidos hacen arte. La mejor muestra de ello es la escena del humo mágico, que los agita y revuelve en un amasijo de carne. ¡Brillante!
                Al final, el público dio uno de los aplausos más largos, emocionados y, sobre todo, agradecidos que uno recuerda. Porque, tras ver La ternura, lo que uno siente es eso: agradecimiento. Tanto que no oculto que el final se me hace algo precipitado, o que me hubiera gustado ver a un Puck diciendo aquello de "si nosotros, vanas, sombras, en algo os hemos ofendido...". No; claro que no hay ofensa ni agravio. Cómo iba a haberlo cuando se nos regalan durante dos horas la elegancia, la sutileza y la inteligencia de las que el día a día nos priva. No; claro que no. Solo nos queda daros nuestro aplauso y que quedemos como amigos.

NÚMERO ESPECIAL 7 (MAYO DE 2017)

jueves, 27 de abril de 2017

Dedicamos este Número monográfico al profesor
Héctor Martínez Sanz,
pionero en el acercamiento crítico a la figura y obra de Baruch Elron en España.

Azay Art Magazine es una tribuna digital de índole humanística que busca dar voz a todas aquellas personas del mundo de la Cultura que tengan algo sustancioso que aportar en relación con las ciencias, las artes y las letras.
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Imágenes de portada y contraportada (de izquierda a derecha y de arriba abajo): “Después del pecado”, “El Relojero”, “La Danza de las Mariposas”, “El Artista como Mártir del Siglo XX”.

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PARTICIPANTES


—Diego Vadillo López (Coordinador): Escritor, profesor y crítico de Arte y Literatura
—Elena Blanch González: Decana de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid y artista plástica
—José Terán Trujillo: Sociólogo
—Laura Herrero Crespo: Profesora de Dibujo y artista plástica
—Jaime Plaza Val: Politólogo
—Dolores Sánchez González: Galerista
—Paula Cabildo Figueroa: Profesora de Dibujo y artista plástica
—Leticia Amarilla Jaraíz: Psicóloga
—Iván Soto San Andrés: Politólogo y periodista

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ÍNDICE
[Pinche en cada nombre para acceder a los artículos de cada autor]











         -Bibliografía fundamental sobre Baruch Elron (86)
                            -Libros (86)
                            -Artículos (86)
           
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BIBLIOGRAFÍA FUNDAMENTAL SOBRE BARUCH ELRON

LIBROS

Or, Miriam: The magical world of Baruch Elron, Publishing Year, Israel, 2004.

Martínez Sanz, Héctor: Baruch Elron, Niram Art, Madrid, 2012.

——— (Coord.): “Maestro Elron”, Besarilia-Mentenebre, Madrid, 2016.

ARTÍCULOS

Askenasy, Jean Jacques: Baruch Elron, Minimun 230, 10 de mayo de 2006.
[“Baruch Elron”, “Revista Niram Art Israel”, diciembre de 2008]. 

―――The window as a metaphor in the Elron painting, Ultima Ora, 21 de mayo de 2006.
[“La ventana como metáfora en la pintura de Elron”, “Revista Niram Art Israel”, diciembre de 2008].

Cahana-Levenshon, Daniel: Esto no es el canto del pájaro: la imagen del pájaro en la obra de Baruch Elron, Revista de Arte y Ensayo Madrid en Marco, octubre de 2011.

 ―――El israelismo de Baruch Elron, Revista de Arte y Ensayo Madrid en Marco”, octubre de 2011.

Cristi, Adi: Más vivo, más carnal, más dinámico-Baruch Elron visto por Adi Cristi, Revista Niram Art Israel, diciembre de 2010.

Krymolowski, Miri: Los sonidos del tiempo, Revista Niram Art Israel, diciembre de 2010.

Martínez Sanz, Héctor: “En la madriguera de Elron”, “Revista Niram Art Israel”, diciembre de 2010.

―――Berlín, Brauner, Elron-Surrealismo judío en Alemania/ El surrealismo judío conquista Berlín, Revista Niram Art Israel, julio de 2011.
[“Berlin, Brauner, Elron: Suprarealism evreiesc in Germania”, “Revista Niram Art Israel”, julio de 2011].

Schor, Dorel, Una aventura espiritual, Revista Niram Art Israel, diciembre de 2010. 

Schneider, Martin: A surrealist act: a german at the court of King David, Revista Niram Art Israel”, agosto de 2011.
[“Un acto surrealista: un alemán en la corte del Rey David”, “Revista Niram Art Israel”, agosto de 2011].
[“Act suprarealist: un german la curtea Regelui David”, “Revista Niram Art Israel”, agosto de 2011].

Vadillo López, Diego: “Las travesuras de Baruch Elron”, “Revista Niram Art Israel”, diciembre de 2010.

―――La baruchización de Héctor Martínez Sanz, Revista Niram Art, enero de 2012.

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