SE PUEDE VIVIR SIN DINERO... ¿CÓMO? Mark Boyle parece tener las claves y las ha compartido en un volumen:
"Ante el fin de las utopías colectivas, cobran fuerza las individuales. Y un ejemplo es el reto al que se sometió Mark Boyle, autor de «Vivir sin dinero». Un año libre de economía. Llevó sus convicciones hasta las últimas consecuencias y narra su experiencia, la que da título al libro, así como sus motivaciones y unos propósitos que trascienden lo meramente personal en un estilo ágil y muy cercano.
Cuenta Boyle cómo se preparó para ese año; cómo consiguió un alojamiento; cómo diseñó su ducha y su retrete para no producir CO2; cómo se las ingenió para calentarse en el invierno y para hacer acopio de comida durante esos doce meses; cómo intentó mantener sus relaciones sociales, pese a vivir lejos de los suyos y contar con apenas una bicicleta con la que desplazarse; o cómo inauguró ese año preparando una comida multitudinaria sin echar mano del vil metal ni tampoco del «gorroneo» a sus semejantes: la sociedad del despilfarro tira demasiados alimentos en buenas condiciones (no sólo los hogares, sino sobre todo las grandes cadenas de distribución), y la naturaleza pone a nuestra disposición tantos regalos que se desprecian porque no están recubiertos de plástico en un centro comercial, que lograrlo no le resultó difícil.
¿Que por qué quiso vivir sin dinero? Arranca con una disertación contra el dinero porque, argumenta, es el germen de la competencia frente a la cooperación entre humanos; porque reemplaza a la comunidad como garantía de seguridad; y porque, en forma de deuda, es una causa importante de la sobreexplotación de los recursos del planeta. Detrás de su planteamiento hay, pues, principios ecologistas, pero sobre todo humanistas y antropológicos: el dinero ha desequilibrado la relación de los seres humanos con la tierra y ha pervertido la que mantienen entre sí.
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Cristina Vallejo ("ABC", 24-1-17)
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