Felicitamos
a Luis Alberto de Cuenca por la obtención del Premio Nacional de Poesía.
Rodríguez
Marcos, en un magnífico artículo en EL
PAÍS (29-9-15, p. 28) repasaba sucinta y profundamente la trayectoria de
este impenitente versificador de sincrético proceder literario, no en vano ha
sido nuestro vate claro exponente de la poesía española del último cuarto del
siglo XX y de lo que llevamos de XXI. Ha transitado desde el oropel novísimo
hasta el realismo sucio pasando por tantas otras corrientes que se han ido
sucediendo en las últimas décadas, y es que De Cuenca es un postmoderno
paradigmático que integra todo lo integrable —por hallarse todo lo susceptible
de caer en su saca en el orbe de lo cultural— sin discriminar si los materiales
son epicéntricos o de extrarradio.